Hemos aprendido que las causas que traen una enfermedad en general son ajenas a nuestra voluntad y a nuestra posibilidad de control directo. Estas causas genéricas, infecciosas o tóxicas, interactúan con nosotros casi que por azar. Además, pueden producirnos enfermedades benignas o malignas que eventualmente nos llevarían incluso a la muerte.